Monday, April 15, 2024

2024 - 1 - Problemas de la investigación de los orígenes de la humanidad

Actividad opcional:

El hombre ha sentido siempre una profunda – y razonable – curiosidad por quienes le precedieron en el tiempo. Naturalmente, la humanidad ha podido interesarse por su pasado solo después de alcanzar una organización social y un nivel de la civilización que le pusieran a cubierto de los problemas más urgentes de supervivencia.

Caricatura de Charles Darwin

En el mundo clásico, algunos escritores griegos y romanos hicieron mención, en sus obras, de descubrimientos de hombres prehistóricos. Suetonio, por ejemplo, en La vida de los Césares, relata el hallazgo, en Capri, de armas y restos óseos de gigantes que vivieron en épocas remotas. La noticia ha sido confirmada en nuestros días, porque en aquella isla se han sacado a la luz amigdaloides (lascas de piedra trabajada intencionadamente) así como huesos de elefantes mastodónticos que se remontan a una antigüedad de varias decenas de miles de años.

Sólo a partir del Renacimiento algunos estudiosos pusieron las bases de la que hoy definimos como prehistoria o etnología prehistórica (del griego éthnos, pueblo). Hay que llegar a la primera mitad del siglo XIX para alcanzar la certidumbre de la existencia de un remotísimo pasado de la humanidad. Este conocimiento se debe, sobre todo, a los estudios de los franceses Boucher de Crévecoeur de Perthes y Edouard Lartet. Se descubrió, pues, que el hombre había vivido al mismo tiempo que algunos animales extinguidos en Europa desde hace milenios, y acerca de los cuales la geología y la paleontología, ciencias aún jóvenes, estaban en condiciones de determinar la edad y costumbres.

El descubrimiento de la antigüedad del hombre no fue fácilmente aceptado por todos. Incluso especialistas insignes, condicionados a veces por escrúpulos religiosos, veían en todo aquello una especie de desafío a la narración bíblica, que se interpretaba – contra la tradición más antigua del cristianismo –al pie de la letra, sobre todo en lo relativo al cómputo de las generaciones desde Adán, el primer hombre, a Cristo. El tiempo transcurrido entre ambos resultaba, por supuesto, mucho más breve que el que proponía la ciencia.

Pese a la oposición y a la incredulidad, el estudio de la prehistoria, lejos de detenerse, progresó con un ritmo cada vez más rápido. En 1838, Boucher de Crevecoeur de Perthes, impugnado y ridiculizado por numerosos representantes de la cultura oficial, señaló los primeros amigdaloides hallados en Abbeville como instrumentos de piedra prehistóricos.

En 1858, el naturalista inglés Charles Robert Darwin publicó “El origen de las especies a través de la selección natural”, título al que siguió, en 1871, “El origen del hombre y la selección sexual. Estos textos pueden considerarse revolucionarios, pues tuvieron una importancia enorme para el desarrollo de ciencias tales como la antropología y etnología prehistórica, que en aquellos años estaban dando sus primeros pasos. (Planeta Deagostini, 2000)

 

Pregunta: ¿Qué relación guarda el texto con la imagen que lo acompaña?

OBS: Presentar el trabajo en una hoja de comentario.

Fecha de presentación: De 12:55 a 12: 59 pm del día viernes 19 de abril.