¡Sayarin! – los chicos se ponen de pie, el profesor Rivas mira severamente
a los que se atrasan - ¡Imanaya kashanki!; ¡Imanaya amauta!; ¡fórmense!, ¡alíniense!,
usted, está perdiendo el tiempo, mire la nuca de su compañera, párese bien, avance.
El profesor Rivas sigue la fila, observa al joven que lleva un sombrerito y
le pide que se lo quite. Siempre es lo mismo con este chico, ¿cuándo
aprenderá?, ¿cuándo haya terminado las clases? – los jóvenes se ubican, ya
todos tienen una posición conocida, los relajados al fondo, los que quieren
pasar desapercibidos a la mitad, y los más aprovechados en las primeras
carpetas, casi siempre es así, es común en los adolescentes, ¿y dónde se
sentaba él cuando era estudiante?, claro, al medio, también quería pasar desapercibido.
Los delegados entregan los libros, los chicos se ponen a leer – un grueso,
simula leer -, el tema es el virreinato. Se ha estudiado los siglo XVI y XVII,
y como última tarea solicita dibujar un mapa del siglo XVIII para que se den
cuenta qué pasó con el gran virreinato del Perú, se dividió en tres
virreinatos: Nueva Granada, Perú y Río de la Plata. No todos tienen colores,
algunos ya saben solucionar esa carencia, usan tramas como el profesor les
indicó, hacen la leyenda y solucionado; pero otros se ahogan en un vaso de
agua, pensando en lo triste que es su vida porque solo tienen lapiceros y lápiz
y no trajeron los colores. John se atreve a pedirle permiso al profesor para
traer sus colores del salón, el profesor se incomoda, le dice no.
¿Es que acaso no fue niño? – John piensa – ahora por su culpa nuevamente me
va poner cero. ¿Cómo quiere que haga el mapa si no me deja traer mis colores?,
¿pero cómo a Killa sí le deja salir?
Responder a la siguiente pregunta: (hacer clic en el icono de formulario)